viernes, 6 de febrero de 2009

PASEOS NOCTURNOS

Paseos nocturnos por la senda del alma,
paseos nocturnos por senderos amados,
bajo cielos de estrellas que guían los pasos
de quien busca el silencio,
de quien clama respuestas.
Paseos nocturnos entre vidas hermanas,
por senderos amigos de quien es parte de ellos,
quien les canta su amor,
quien les que grita dolor,
por los sueños perdidos que quisieran volver.

Taciturno camina ese ser malherido
tornando a su paso más oscura la noche,
arrastra un lamento que nace del alma
y torna siniestro su oscuro semblante...

Cesan los pasos... el tiempo se esfuma...
los ojos al cielo, los brazos en alto,
la tierra que quema bajos los pies,
la carne se tensa, el aire también,
y oscuro el espectro al cuerpo se asoma
y lanza su grito, liberador...
... y el silencio que absorbe todo el dolor,
y la tierra caliente, cálida madre,
que mece a su espectro y lo hace dormir...

Paseos nocturnos por senderos amados,
que apaciguan el llanto de quien es parte de ellos
y susurran palabras que le hablan de hogar...
y le cantan los grillos, le acaricia la brisa
y la luna le alumbra allá desde el este,
acebuches y matas por todo el camino
y las criaturas nocturnas velando sus pasos.

Un canto resuena allá en la distancia,
es el ángel amigo que trae su señal,
blanco y silencioso en mitad del camino,
sus ojos profundos le hablan de amor
y el ser malherido mira al oeste
y la blanca lechuza remonta su vuelo,
... y se lleva con ella parte del peso...

Más ligeros los hombros y el espíritu libre,
camina el sendero que lleva al oeste,
de higueras y almendros son ahora los campos,
un balido lejano interrumpe el silencio
y suena la música de los cencerros.
A lo lejos divisa la gran roca blanca,
a la luz de la luna parece un altar,
hacia él se dirigen sus pasos ligeros,
espíritu nuevo que ha vuelto a nacer.
El altar lo recibe, cual lecho lo acoge,
la luna en lo alto, bajo él calidez,
una brisa marina lo acaricia otra vez,
y con los ojos al cielo agradece sincero,
pues arriba en el norte puede ver la Polar,
si mira hacia el sur quien le cuida es Orión,
mirando al oeste, la sierra lejana,
y siempre en el este su apu Ferrutx.
.. Y así se abandona... siempre entre dos tiempos,
el caminante nocturno, escuchando el silencio....

Al fin se levanta, los destellos le avisan,
ha llegado el momento de dejar el Edén,
por ultima vez la mirada hacia el norte,
de allí son los destellos, allí está Formentor,
y el sonido del mar le despide lejano.
Lentamente dirige sus pasos al mundo,
poco a poco su andar se torna mas vivo
y no tarda en sonar una alegre canción
que habla de planes y habla de amor...
Más al poco aquel peso parece volver
y a cada paso avanzado se hace mayor,
así llega por fin a las puertas del mundo,
todo el peso en los hombros volviendo a cargar,
caminante nocturno siempre entre dos tiempos...
... el oscuro espectro pronto va a despertar...

Paseos nocturnos por la senda del alma,
paseos nocturnos por senderos amados,
al norte las osas, al sur esta Orión,
al este los apus, al oeste... el Edén.


LOU RAMBLER – Julio 2006